Semana Santa, entre la religiosidad y el trabajo

Esta semana santa fue la más salida de su contexto a nivel nacional, para mi todo empezo el día miercoles a las siete de la noche cuando empezaba mi turno laboral, a lo largo de las semanas anteriores escuchaba los planes de amigos para viajar o simplemente irse de "jartera".

El día miercoles la afluencia al restaurante no fue buena y realmente no me sorprendío, los comentarios de muchos compañeros que ya han vivido una semana de pasión en el restaurante auguraba el estado de esa noche. LLego el jueves y me toco el día de descanso, de religioso no hubo nada, miento la programación de los canales nacionales, pero de resto solo fue un día de vacaciones mas para mi. Que como por variar la afluencia de publico al restaurante estuvo por debajo de las expectativas. Al día siguiente entré a trabajar a las tres de la tarde y cual fue mi sorpresa al llegar el atardecer, el día en el que supuestamente murio la persona que nos salvo a todos y por ende en la semana santa deberia ser la jornada de mayor respeto, la afluencia de publico fue exagerada, mejor porque el tiempo corre y el turno no se hace tan largo.

LLegó el día temido, una jornada más de sábado donde se esperaba un lleno inconmensurable, pero la historia fue otra, quiza la euforia del viernes dejo a los comensales listos para una confesión, una jornada más paso sin pena ni gloria.

Ya para el día domingo se esperaba un día totalmente aparte de trabajo unas cuatro horas de trabajo y el resto solo recocha que incluso se invento el trabajo para no aburrirse en el restaurante, ese día terminamos rapidisimo con nuestras obligaciones para poder disfrutar de una salida temprano y porque no una cerveza fría para expíar mis culpas por una semana de trabajo y poca religiosidad.